nada mejor que un programa
nocturno de intrascendente actualidad
deportiva para conciliar el sueño,
cuando las piernas
han cedido ya a la presión
de un cansancio pretérito y las dudas
están puestas entonces
sobre el whisky
con hielo o la valeriana.
las voces que nada tienen
que decir a menudo resultan
las más sanadoras.
pero no es cuestión de oído, sino
de olvido; tanto
que hasta lo llamo, le busco ahora, le cuento
cosas, como antes hacía
con un dios –y ambos
se portan de manera
idéntica–, y le pido que siempre
haya un ruido que nos estorbe.
Nada tan estremecedor como el recuerdo silencioso de nuestros cadáveres. Zombis que nos asaltan en cuanto nos cansamos de negar.
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pero cada mañana revivimos!
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Para, en desesperación, ver cómo acumulamos bellos cadáveres sin alma. Hay que aprender a saber apreciar su filiación, son nuestros hijos.
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Fenomenal-
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Me has recordado un pasado lejanísimo. Todas las noches escuchaba El Larguero, porque me encontraba muy sola y sin esa compañía hubiera sido incapaz de dormirme. Son los mejores somníferos. A mí me lo parecen.
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a veces esa banalidad e intrascendencia que pueden suscitar las noticias sobre un tema que no nos interesa mucho nos pueden venir muy bien para desconectar. me alegra mucho tu comentario 🙂 un abrazo 🧡
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las voces que nada tienen
que decir a menudo resultan
las más sanadoras.
pero no es cuestión de oído, sino
de olvido; MUY BUENO
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gracias, Roxane! feliz por que te haya gustado, un abrazo 🧡🧡🧡
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Marc, es precioso.
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gracias, Irene, pero lo precioso es encontrarme a gente como tú en este camino!!🖤
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Feliz Navidad
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igualmente🥰
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